10 mins 2 años

Con una mirada federal sobre la práctica artística y dirigido a artistas de trayectoria inicial sin límite de edad da comienzo la Escuela de artes y oficios, un proyecto de formación gratuita impulsado por el CCK y la Fundación Medifé que hasta noviembre serán dictados por reconocidos artistas en el emblemático centro cultural convertido en taller y espacio de encuentro, con el objetivo de explorar la idea de proceso creativo desde cuatro núcleos temáticos: materia, espacio, texto y sonido.

Alejado del concepto de clínica artística que abunda en ámbitos privados de talleres y academias, el proyecto de capacitación incursiona en una novedosa articulación entre el sector público y privado que se desmarca del mecenazgo y la quita de impuestos como motivador de sostén económico al impulsar el apoyo para proyectos culturales como parte de un modelo de negocio que se prolonga más allá de esa responsabilidad social tan afectada del mundo empresarial.

Este programa que lleva el nombre de «Escuela» y remite al aprendizaje y la posibilidad de ensayo y error, a la vez que permite volver sobre prácticas sabidas como el tejido, por ejemplo, pero con nuevas miradas a partir de las propuestas de otros pares más experimentados, está enfocado a artistas de trayectoria inicial. «No es un espacio de clínica de obra, o sea los artistas anotados no vienen con una obra a desarrollar en cuatro meses, que es la duración de los cuatro talleres compartidos por todos los seleccionados de esta primera edición», indica Julieta Gómez Blumen, coordinadora del programa por parte del CCK.

La flamante Escuela de artes y oficios está pensada como un espacio de taller vivencial que busca poner en valor el trabajo con oficios en la práctica artística y basa su interés en indagar en vínculos, tensiones y ausencias «producto de la práctica y producción por fuera de circuitos de formación actuales privados o académicos», detallan los organizadores.

Un total de 25 artistas entre 600 postulantes de todo el país fueron seleccionados para participar en esa modalidad mixta entre virtual y presencial -en un intensivo mensual de viernes a domingo- que dejó la pandemia. Entre ellos, nueve provienen de las provincias de Tucumán, La Rioja, Córdoba, Mendoza, Santa Fe, y el resto de la Ciudad de Buenos Aires y provincia de Buenos Aires.

Dirigida no a artistas emergentes sino a «los que están en los primeros pasos de la carrera», la Escuela de Artes y Oficios surgió de un relevamiento sobre la oferta existente para la formación de artistas. El trabajo de campo impulsado desde él área de educación del CCK concluyó que ese proceso tiene lugar «en el espacio de taller con maestros artistas, y la mayoría de esos ellos, por lo menos en Capital Federal, son privados», precisa Gómez Blumen.

Ante ese panorama de oferta concentrada en espacios con aranceles no siempre accesibles y «una carga horaria demandante», surgió esta iniciativa para impulsar desde la institución pública «un programa que pueda ser de acceso libre y gratuito y que tenga una estructura cruzada que te permita mantener tu trabajo, por eso tiene una estructura virtual y presencial», explica la coordinadora.

«Hace muchos años nos juntamos a pensar que queríamos hacer y puse como ejemplo en ese momento ese punto de inflexión de 1967 cuando Christian Barnard hizo el primer trasplante de corazón, que reformuló el pensamiento sobre qué es estar sano», destaca por su parte Daniela Gutiérrez, gerenta general de la Fundación Medifé, en referencia a la exitosa intervención del médico sudafricano que permitió expandir los alcances de la medicina, en tanto hasta entonces el «concepto de bienestar que no se incluía en la consulta médica».

Según la gerenta de la Fundación, eso derivó en una mirada de prevención -al menos en la medicina occidental- y la idea de «necesitar estar bien, lo que produjo una revolución cultural».

«La experiencia estética, el disfrute y el acceso a los espacios de cultura producen también salud. Entonces, decidimos que ese sería el ojo de la aguja por el que tienen que pasar los proyectos que financiamos», señala Gutiérrez.

Esta cooperación conjunta de proyectos entre el CCK y la Fundación Medifé se enraiza a partir de la invitación de participar en la muestra «Simbiología», que tuvo lugar durante el año pasado en el CCK con curaduría general de Valeria González, secretaria de Patrimonio del Ministerio de Cultura, y se continúa con la convocatoria al encuentro «Usted está aquí» -destinado a educadores, curadores y trabajadores y trabajadoras de la cultura de todo el país para reflexionar acerca de las prácticas pedagógicas en espacios culturales- y la recién lanzada Escuela de artes y oficios.

Módulos temáticos del programa

Los cuatro módulos temáticos del programa son «Materia«, a cargo de la rosarina Claudia del Río y Carlos Herrera; «Espacio» con Luis Terán y Melina Cymlich; «Sonido» por parte de Jorge Crowe y Leticia Mazur; y «Texto» dictado por las caligrafistas Eugenia Roballos y Betina Naab junto a Dani Zelko como contrapunto del acto de escribir a mano.

Los seleccionados, cuyas edades van desde los 18 a los 63 años, tendrán tres clases virtuales y tres jornadas presenciales intensivas (de viernes a domingos) una vez por mes en Buenos Aires, en un espacio seleccionado por la dupla de artistas docentes. Algunas de las «locaciones» serán el noveno piso con la vista panorámica del río y la ciudad para los talleres de «Espacio» y «Materia», o la sala conocida como Ballena Azul, que aloja el majestuoso órgano como gran instrumento para incursionar en el núcleo «Sonido».

«Pensamos tres ejes principales para pensar esta relación entre artes y oficios -explica Gómez Blumen-. temas disparadores como ¿qué lugar le estamos dando a los oficios dentro de las prácticas artísticas contemporáneas?».

«Vemos parte de lo que está pasando dentro del arte contemporáneo y el lugar que tienen los oficios en este hacer; creemos que es importante jerarquizar esas prácticas y también que la práctica en oficios puede generar comunidad que ya existe dentro del mundo del arte», advierte la coordinadora del proyecto y destaca que «la idea del programa es abonar esa idea de que las prácticas artísticas pueden generar comunidad a través de los oficios como posibilidad».

La elección del CCK como sede activa una tensión propia en el edificio patrimonial destinado mayormente a muestras y espectáculos, que propone replantear provisoriamente su uso compartido con este espacio de aprendizaje que tendrá un uso compartido con público general cuando finalice la primera edición de este programa.

«La idea es que este lugar por cuatro meses sea un espacio de proceso en donde 25 personas vendrán de todas partes del país y van a habitar en clases presenciales y a trabajar con mimbre, flores, arcilla, lo que implica una locura de producción y resguardo por ser un edificio patrimonial», afirma Gómez Blumen.

Como expectativa, está la de «encontrarse con herramientas nuevas que los van a ayudar a seguir complejizando su trabajo», acota la coordinadora. Y también la de compartir otros rituales como la comida -un eje transversal, colectivo- o el «modo humano de construir comunidad que es lo que llamamos comensalidad», indica Gutiérrez, algo presente además en el taller de «Materia», donde el dialogo matérico tendrá su momento con el amasado de pan y la preparación de mermelada, por ejemplo.

En una escena precarizada por los efectos de la pandemia y la crisis ambientales y económicas, los nexos entre lo público y lo privado para impulsar iniciativas de impacto colectivo se vuelven decisivos: «Creo que hay que mirar más arriba de la relación entre lo público y lo privado, vero cómo todo o todes formamos, tenemos, alguna responsabilidad vinculada a lo que es común. La cultura es eso, no es otra cosa», concluye Gutiérrez.

FUENTE: TELAM

Compartir: