Uno de los clásicos de Fontanarrosa
El director de «Garage Olimpo» pone el ojo en las contradicciones del propio movimiento en un libro autobiográfico descarnado, que explora los sentimientos de vergüenza y culpa que rondan a los sobrevivientes de la dictadura.
El mismo León anunció el lanzamiento del tema, este miércoles, que se escuchará primero en las cuentas de «esta organización que trabaja para que el mundo sea un poquito mejor».
Documental de observación sobre un veterano de Malvinas
Documental de observación sobre un veterano de Malvinas
La ex Gambas al Ajillo protagoniza junto a Esteban Lamothe y Héctor Díaz, y dirige con Laura Paredes este espectáculo que se sumerge en el mundo de la actuación y la fama, pero también aborda ciertos tabúes y el vínculo de las mujeres con la profesión. Tratándose de Llinás, el componente trágico convive con la comicidad que suele estar presente en sus trabajos. «El humor políticamente correcto es un embole», señala.
Los trayectos de las grandes estrellas del espectáculo suelen representarse con curvas: el descubrimiento, el salto a la fama, el súmmum de gloria, la sensación de haberse instalado y la inevitable decadencia. Esa última fase es la más difícil de aceptar para quienes durante toda su vida padecieron la demanda de tener que estar siempre bellos y vigentes. Ese es el conflicto que atraviesa Ignacia, la diva de Antígona en el baño, obra escrita por Facundo Zilberberg y versionada por Verónica Llinás, quien además protagoniza junto a Esteban Lamothe y Héctor Díaz, y dirige con Laura Paredes. Puede verse los viernes y sábados a las 22 y los domingos a las 20.30 en el Teatro Astral (Av. Corrientes 1639).
En diálogo con Página/12, Llinás declara: “Siento que la obra me representa en un montón de cosas. Si bien no soy esa típica actriz de TV, este personaje no quiere aceptar el paso del tiempo y recurre a todos los artilugios para verse joven y estar vigente. Llama al director más prestigioso del momento pero después empieza a dudar de sí misma, de la obra, compite con su coprotagonista. Le pasan un montón de cosas que son humanas; la obra presenta un compendio de todas esas inseguridades que puede experimentar un actor”.
Esa dimensión está atravesada por las tragedias griegas más conocidas como Antígona o Edipo, pero el componente trágico convive con el humor que suele estar presente en los trabajos de Llinás. Ignacia está tensionada por ese dilema contemporáneo que opone el prestigio a la popularidad. “Ella es una diva que quiere hacer una tragedia para la cual le dijeron que está grande (Antígona) pero se encapricha y quiere hacerla igual. Es difícil contarla sin spoilear, pero hay otra tragedia (Edipo) que la atraviesa de un modo que no imaginó nunca a partir del trabajo con un coach ontológico interpretado por Héctor Díaz, que es muy divertido”, adelanta.
Llinás cuenta que el texto tenía bastante humor desde el inicio y, aunque estaba escrita para un ámbito afín al circuito independiente, le pareció que podía incluir a un público más amplio. “Cuando se la mostré a los productores, accedieron a hacerla y me emocionó mucho ese voto de confianza. Tenía la intuición de que la obra podía alojar varias capas: una con un humor más directo y otra dirigida a la gente que conoce las tragedias. La obra le habla a públicos diferentes pero van a poder disfrutarla por igual. Me aboqué a generar una serie de gags sin restarle lo que ya traía: profundidad y un atrevimiento para hablar de ciertos temas”, explica.
–Antígona en el baño se sumerge en el mundo de la actuación y la fama, pero también aborda ciertos tabúes y el vínculo de las mujeres con la profesión.
–Sí, creo que las mujeres siempre la tenemos más difícil con la edad. Cuesta mucho envejecer siendo actriz, tenemos que soportar vernos cuando hacemos cosas audiovisuales. Sentís que si no te ven joven, flaca y hegemónica no vas a protagonizar y vas a pasar a ser la tía, la madre, la abuela. Yo nunca tuve los roles de la “bella” o la “sex symbol” en las telenovelas, pero nadie quiere ver sus posibilidades reducidas. Hay una exigencia permanente de hegemonía y resulta difícil esquivar eso aceptando la decadencia. La tragedia que atraviesa Ignacia es no poder asumir quién es y el corolario de la obra tiene que ver con eso: ella quiere ser alguien que no es y la vida se lo cobra.
La directora subrayó en varias oportnidades lo importante que es asociarse a otrxs a la hora de crear: “En un momento intervino mi hermano porque es un capo en dramaturgia y guion (Mariano Llinás, miembro de la productora El Pampero y director de películas como Historias extraordinarias, La flor o Clorindo Testa). Y también Laura Paredes (integrante del grupo Piel de Lava). Ellos aportaron mucho y me guiaron; fueron fundamentales, sobre todo Laura. Mi hermano apareció en un momento, me detonó la cabeza y se fue (risas), pero pudimos absorber lo que propuso y volcarlo en la obra”.
Ese proceso que comenzó en la escritura luego se extendió a la escena junto a Lamothe y Díaz. “Por suerte tuvimos bastante tiempo de ensayo, así que pudimos probar todo eso con los actores. Hubo mucho aporte de su parte, fue un trabajo en equipo maravilloso y me siento bien de haber podido escuchar sin temor a perder el espacio, porque a veces aparecen esas inseguridades. Acá hubo una enorme generosidad de los actores y con Laura hubo una gran escucha para absorber comentarios que al principio te pueden incomodar pero que son necesarios para que la cosa vaya mejorando”.
-Hiciste gran variedad de cosas pero en esencia sos una actriz cómica. ¿Qué lugar tiene para vos el humor en una época con tanta demanda de corrección política?
–El humor políticamente correcto es un embole. Para mí el humor es la sal de la vida, no concibo la vida sin humor. Es así desde mi infancia gracias a mi padre. Esta frase me define mucho: “En mi familia lo último que se pierde es el humor; lo primero es la plata” (risas). Creo que es un gesto de inteligencia y permite distanciarse de lo emocional. Es un mecanismo muy necesario para entender la vida: no desmerezco lo sentimental pero creo que el humor lo complementa.
Llinás pasó por la escuela de Ángel Elizondo (alumno de Étienne Decroux), fue una de las fundadoras de Gambas al Ajillo con una intensa actividad en los ’80, participó en los programas de Antonio Gasalla y desde entonces alternó trabajos en cine (con títulos taquilleros como La odisea de los giles o películas de autor como La mujer de los perros), teatro y TV. “Esos saltos me dieron muchas enseñanzas, experiencia, enriquecimiento, pero fundamentalmente diversión. Ir a lo seguro sería como una cárcel. En algún momento hubo un enamoramiento con la tele y hace algunos años el teatro cobró una gran entidad. Me gusta trabajar con gente distinta y no pienso tanto en la meta sino en los procesos”.
Para Llinás esta obra es un verdadero desafío porque es la primera vez que se pone al frente de un proyecto de esta manera: “Más allá del resultado, creo que di un paso importante al arriesgarme a ocupar un rol central. Me sacó de cierta comodidad. Siento que soy capitán de un barco con un montón de gente y tengo la responsabilidad de llevarlos a buen puerto”.
La actriz suele estar muy activa en redes. En algún momento se viralizaron sus videos con sketches que satirizaban el malestar durante el macrismo y muchos se sintieron identificados. Cuando se le pregunta por sus impresiones post PASO, dice: “No me extrañó lo que pasó. Yo no tengo partidismos pero sí una mirada muy crítica. Lo que sucedió fue un castigo a toda la clase política, pero hay que castigar sin romperse la mano. Me parece que ahí hay un peligro y siento que es una buena oportunidad para que todos pensemos qué estamos haciendo mal, aunque el mayor cuestionamiento lo tiene que hacer la clase política. Tratando de ver la mitad del vaso lleno, esto puede ser un buen sacudón”.
* Antígona en el baño puede verse los viernes y sábados a las 22, y los domingos a las 20.30 en el Astral (Av. Corrientes 1639). Las entradas se adquieren por Plateanet.
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El equipo campeón del mundo dirigido por Lionel Scaloni y liderado por Lionel Messi juega esta tarde en el Estadio Hernando Siles de La Paz por las Eliminatorias Sudamericanas del Mundial de Estados Unidos, México y Canadá 2026.
«La Selección Argentina juega hoy, desde las 17, frente a Bolivia en el Estadio Hernando Siles de La Paz, por la segunda fecha de las Eliminatorias Sudamericanas y de cara al Mundial de Estados Unidos, México y Canadá 2026. Dónde ver el partido online en vivo y por TV e historial.
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Argentina y Bolivia en la fecha 1 de Eliminatorias para el Mundial 2026
Argentina comenzó su camino en las Eliminatorias para el Mundial 2026 con un triunfo 1 a 0 frente a Ecuador en el Estadio Monumental con gol de tiro libre de Lionel Messi. «
Por su parte, Bolivia tuvo una parada brava: visitó a Brasil en Belém, cayó 5 a 1 y si no hubiera sido por su arquero Guillermo Viscarra el resultado hubiera sido aún más abultado.
El encuentro, por el que Argentina visitará a Bolivia en la altura, comenzará a las 17 y será televisado por TyC Sports y TV Pública. Ambas señales televisivas pueden sintonizarse mediante plataformas de streaming como DGO, Flow y Telecentro Play, entre otras.
Argentina: Emiliano Martínez; Nahuel Molina, Cristian Romero, Nicolás Otamendi, Nicolás Tagliafico; Rodrigo De Paul, Enzo Fernández, Leandro Paredes o Exequiel Palacios o Alexis Mac Allister; Ángel Di María o Lionel Messi, Di María o Nicolás González y Lautaro Martínez o Julián Álvarez. DT: Lionel Scaloni.
Bolivia: Guillermo Viscarra; Diego Medina, Jairo Quinteros, Marcelo Suárez, Adrián Jusino, Roberto Fernández; Diego Bejarano, Gabriel Villamil, Boris Céspedes, Jaime Arrascaita; Marcelo Moreno Martins. DT: Gustavo Costas.
Los más de 3500 metros sobre el nivel del mar sobre los que se encuentra el Estadio Hernando Siles de La Paz siempre han sido un problema para la selección argentina. En un historial de 49 partidos, Bolivia ganó tan solo 7, todos ellos en territorio boliviano. Empataron 5 veces y las otras 29 terminaron en victoria de la Albiceleste.
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Respuesta de la Universidad del Agua a los dichos del libertario a favor de la contaminación de ríos
La declaración pública de Javier Milei a favor de la contaminación del agua por parte de las industrias comenzó a cosechar repudios. El más rotundo provino del Instituto Universitario del Agua y el Saneamiento (IUAS), que lo acusó de obrar con “negacionismo” y “despreciar” un elemento clave para el “bien común” de la humanidad.
Así lo afirmó el titular de ese organismo, Luis Liberman, quien tildó de “lamentable” a la mirada que el candidato a presidente por la ultra derecha tiene en relación al cuidado y responsabilidad sobre el medio ambiente.
“Es lamentable el desprecio que Milei entiende por los bienes comunes que interpelan la existencia de cada uno de nosotros», afirmó durante una entrevista por Télam Radio el especialista que, además, suele ser uno de los hombres más escuchados por el Papa Francisco en este tema.
La piedra la arrojó el líder ultraderechista el fin de semana pasado, cuando durante el Congreso Económico Argentino, en el predio de La Rural, dijo lo siguiente:
“En el caso de una empresa que contamina el río, lo que no está bien definido es el derecho de propiedad. Esa empresa puede contaminar el río todo lo que quiera» porque esa situación «habla de una sociedad a la que le sobra el agua y el precio del agua es cero.»
Estos dichos desataron duras críticas de funcionarios públicos, dirigentes de todo el arco político y del sector social.
Para Liberman, lo que quedó en evidencia con estas declaraciones es que el de Milei “no es el testimonio particular sobre el agua, sino una constante de negacionismo, de infantilismo calculado, de ir a ese lugar común que parece irreductible».
Milei «no hace más que reflejar el desprecio sobre todo lo que tiene que ver con el bien común» cuando plantea que «una empresa puede contaminar lo que quiera» y que, ante la escasez del recurso, «alguien va a ver un negocio y por lo tanto terminaría la cuestión de la propia contaminación».
Liberman, quien también es fundador del Instituto para el Diálogo Global y la Cultura del Encuentro (IDGCE), recordó que el papa Francisco expresó en su momento que «a la ultraderecha solamente se le aplica un antídoto y es el de la justicia social».
«Lo que Milei no entiende es que las desigualdades son un hecho colectivo. En el agua -sostuvo- está el comienzo y es lamentable el desprecio que entiende por los bienes comunes que interpelan la existencia de cada uno de nosotros», concluyó.
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El ministro de Economía había anticipado la decisión el viernes en el acto por el Día de la Industria. La flexibilización obedece a la mayor acumulación de reservas.
Tal como había prometido el viernes en la celebración del Día de la Industria, el ministro de Economía Sergio Massa confirmó este domingo la liberación de permisos de importación para pymes que estaban pendientes por 700 millones de dólares.
A partir de esta medida, 7.428 pymes recibirán aprobación del Sistema de Importaciones de la República Argentina (SIRA). Las mismas se componen de 475 millones de dólares de bienes intermedios (insumos y bienes para la producción); 175 millones de dólares de piezas y accesorios (repuestos); y 68 millones de dólares de bienes de consumo.
“No lo hicimos porque es el Día de la Industria, sino porque en agosto acumulamos reservas y tenemos capacidad para ir pagando y acelerar el proceso de producción industrial y de pago de bienes”, sostuvo Massa el viernes cuando anticipó la medida en el acto realizado por la Unión Industrial Argentina en la ciudad de Paraná, provincia de Entre Ríos. Durante las últimas tres semanas, la autoridad monetaria acumuló divisas por 1125 millones de dólares y desde el lanzamiento del programa de fomento a las exportaciones, el 24 de julio pasado, 2180 millones
En las últimas semanas los industriales habían incrementado las críticas por la desaceleración en el ingreso de importaciones a través de diversas maniobras como la baja de los montos de la Capacidad Económica Financiera (CEF) de las empresas importadoras, alteraciones en los sistemas de Cuenta Corriente Única de Comercio Exterior (CCUCE) y el no otorgamiento de fecha de acceso al mercado oficial de cambios a quienes ya tienen la SIRA aprobada para realizar una determinada compra en el exterior.
El CEF, por ejemplo, es un monto que determina AFIP en base a los balances de las distintas compañías. Nadie tiene muy claro cómo hacen ese cálculo, pero lo cierto es que el organismo fiscal establece un monto que se toma en cuenta cuando se va a autorizar una importación. Tanto en julio como en agosto esos montos se redujeron. La baja del CEF impacta de lleno a las posibilidades de importar porque cuando una empresa quiere presentar una SIRA en el sistema informático Malvina le dice “CEF insuficiente” o “CEF agotado” y entonces no se puede ni siquiera presentar la SIRA.
Aquellas empresas que sí tienen monto suficiente de CEF se han encontrado con otro problema y es que últimamente varias SIRAs estaban saliendo sin fecha de acceso al Mercado Único y Libre de Cambios (MULC) para poder girar las divisas al exterior. “Se multiplican los problemas para el giro de divisas al exterior tanto para bienes y servicios vinculados con la producción donde la aprobación de SIRAS y SIRASES resulta cada vez más difícil de obtener», había denunciado la UIA a comienzos de agosto.
El gobierno flexibilizó ahora esa situación para el caso de las pymes. “Tomamos la decisión de liberar, para todas las pymes industriales de la Argentina, todas las SIRAs que estaban pendientes para garantizar el empleo de nuestras PyMEs y seguir exportando trabajo argentino al mundo», afirmó Massa.
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Uno de los clásicos de Fontanarrosa
Los inéditos configuran un universo particular y a veces permiten descubrir gemas perdidas entre archivos, cajones desvencijados y papeles viejos. Algunas hazañas de Inodoro Pereyra habían quedado cautivas y ahora el sello Planeta publica Inodoro Pereyra inédito,de Roberto Fontanarrosa, con rescates de las décadas del 70, 80 y 2000.
Los lectores encontrarán allí a Inodoro Pereyra, el Mendieta, la Eulogia, los loros y la indiada, creaciones del humorista gráfico y escritor nacido en Rosario en 1944 que comenzó a trabajar en 1963 para la agencia de publicidad de Roberto Reyna y en 1968 publicó su primer chiste.
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Ella logró el campeonato Mundial siendo la goleadora del torneo con siete tantos. «Al final terminamos saliendo campeonas por la pasión y el amor que tenemos los argentinos por la pelota», sostiene.
21 de agosto de 2023. Inglaterra, Birmingham. Pitido final del partido. Argentina le gana 2-1 a Japón y obtiene el campeonato Mundial de fútbol femenino para ciegas. El primer Mundial de la historia de esta disciplina, que tuvo en el seleccionado argentino o Las Murciélagas -como son apodadas- un camino hacia la final categórico: victoria 3-0 frente Alemania, 4-0 ante India y empate 0-0 contra Austria, en zona de grupo. Luego, en semifinales, venció 3-0 a Suecia. Logrando, así, un invicto de punta a punta.
En medio de la celebración, una de las jugadoras argentinas se desploma de felicidad y se levanta rápidamente para abrazarse con sus compañeras. Lleva la número 10 en la espalda. Con la particularidad de que su pierna hábil no es la zurda. Es la derecha. Tiene 25 años y se llama Yohana Aguilar. Fue la goleadora del certamen Mundial, con siete tantos, y ante Japón convirtió los dos goles que coronaron a Las Murciélagas como campeonas del mundo.
Ella es oriunda de Córdoba. Del Barrio Arguello. Su infancia y adolescencia está atravesada por el deporte: a los tres años hizo danza clásica y de los seis a los 14, patín artístico. Después se dedicó al atletismo, donde obtuvo el quinto puesto en 100 y 200 metros, en los Parapanamericanos de Toronto 2015. Hasta que, en el año 2016, se unió a Las Guerreras, el primer equipo de fútbol femenino para ciegas que se creó en el mundo. Más precisamente, en el año 2012, en el club Municipal de Alta Córdoba.
Es en ese entorno, donde se gestó la base de las cinco jugadoras cordobesas que integraron el plantel de las diez futbolistas que alcanzaron la hazaña en Inglaterra. “El Mundial tiene un fondo de olla. Fueron muchos años de tocar puertas que se cerraron hasta que pudimos superar esas barreras que hicieron crecer aún más el fútbol femenino para ciegas”, cuenta Aguilar en diálogo con Líbero, rescatando el esfuerzo que hubo detrás de la coronación.
-¿Por qué es tan importante el deporte en tu vida?
-El deporte a mí me dio mucha destreza física. Cuestión que para una persona que es ciega no es fácil de obtener. Inclusive en mi trabajo me dicen que no parezco tener problemas visuales. Tengo movimientos muy fluidos, estoy parada derecha, puedo dirigir la mirada a la persona que me está hablando. Y también me dio autonomía. Que viene de la mano de la familia y el deporte. Mi mamá nunca me dijo que no. Siempre acompañó mi deseo por hacer deporte. Yo desde que empecé danza clásica, investigué y experimenté varios lugares deportivos. Me gusta mucho la adrenalina. Por algo después hice patín artístico. La gente le decía a mi mamá que estaba loca por permitir que su hija -que no ve- se entrene alrededor de otras chicas videntes. Y yo tenía la convicción que podía hacer lo mismo que todas.
-Veo que tu mamá fue un pilar importante en tu proceso de autonomía.
-Yo desde los 12 años tenía que viajar en colectivo para ir al colegio y mi mamá me acompañó tres veces. A la cuarta me dijo: “Yo te acompaño hasta la parada del colectivo y anda al colegio sola. Solamente llámame al teléfono cuando estés realmente perdida”. Parece muy cruel como te lo digo, pero a mi mamá también le costó mucho. Fue la forma que ella encontró de darme confianza y darme vuelo propio. Además, el camino hacia el colegio, ya lo había hecho con ella. Entonces, más seguridad que esa no podía tener.
-¿Fue su manera de darte fuerza?
-Claro. Me dio todas las herramientas. Todo lo fui aprendiendo con ella al lado. Me decía “no te conviene hacerlo así, te conviene de esta forma”. Y uno decide tomar o no lo que los padres le dicen. Entonces, ella me vio desenvolverme y hubo un momento donde necesitó soltarme para un bien mío a futuro. No me servía de nada que hasta los 18 o 19 años me siguiera acompañando, porque ni ella, ni yo, íbamos a tener nuestra vida. Hay discapacidades donde los padres no tienen que atarse a los hijos y ni los hijos atarse a los padres. Después hay discapacidades más severas, donde lamentablemente no hay otra alternativa.
-¿De qué manera nació ese interés por el fútbol?
-Yo tengo dos hermanos y son más grandes. Siempre había una pelota dando vuelta. Ya sea de básquet o de fútbol. La de básquet la usábamos para jugar al fútbol (risas). Yo era la nena que patinaba detrás del arco y me sumaba a jugar con los amigos de mis hermanos. Mi familia también es muy futbolera. Con el correr del año 2012, se crea el equipo femenino para ciegas en Córdoba, que son Las Guerreras. En el Club Municipal, en Alta Córdoba. Y en el 2013, me invitan a participar dentro del equipo. Pero yo les dije que no porque estaba haciendo otras cosas. A fines de 2016, seguía corriendo la bolilla en el mundo de los ciegos, de que la disciplina estaba creciendo cada vez más y ahí empecé meterme de lleno.
-¿Cómo fue el proceso de crecimiento del fútbol femenino para ciegas en Argentina?
-Fue un proceso muy largo. En 2012, dos chicas se acercaron al Club Municipal. Y le dijeron a uno de los profes que querían conocer de qué se trataba el fútbol. El profe les dijo que sí, pero que no había ningún lugar en el mundo donde se esté jugando. Por ende, no había Liga, no había competencia. Pero bueno, ellas quisieron seguir jugando. Así se mantuvieron por cuatro años, hasta que empezaron a ver que más chicas se sumaban, entre ellas, yo. En ese proceso de cuatro años, se fueron construyendo campus en distintas partes del país donde fue ganando cada vez más popularidad el fútbol. Al llegar al 2017, se realizó el primer torneo de la Liga Nacional, donde eran sólo dos equipos. Uno de Córdoba -Las Guerreras-, y otro de Buenos Aires. Eran tiempos donde organizábamos rifas, bingos, venta de alfajores que nos permitió hacer viajes a Japón y a México, con fines culturales y deportivos, y que nos permitió crecer a nivel personal y grupal. Hasta llegar al día de la fecha, donde somos cinco equipos, con el objetivo de que la Liga sea mucho más grande, y, en consecuencia, hacer crecer la Selección.
-¿Y en cuánto al apoyo institucional?
-Nos costó mucho durante muchísimos años. Hasta que, en el año 2021, cambió la comisión directiva de la Federación Argentina de Deportes para Ciegos (FADeC) y decidió darle el apoyo al fútbol femenino. Se convoca a concurso y gana el proyecto de Gonzalo Abbas (actual entrenador del seleccionado argentino de fútbol femenino para ciegas), junto a su cuerpo técnico, conformado, entre otros, por Sofía Sosa, que es la preparadora física de Las Murciélagas. Y a raíz de eso, comenzamos a concentrar mensualmente en el Cenard, donde empezamos a tener test y planificaciones de entrenamiento en el gimnasio y en la cancha. Cuando se confirmó el Mundial de Inglaterra, el tema empezó a tomarse mucho más en serio de lo que se venía tomando y llegó la ayuda de la Secretaría de Deportes de la Nación, que hizo posible el viaje y a que podamos ir en representación de la Argentina y la Federación.
-Dentro de su disciplina, la cancha se divide en tres partes. En cada una hay guías videntes que las orientan para que ustedes ejecuten su juego. La defensa es guiada por la arquera, el mediocampo por el entrenador y la delantera por el asistente técnico. ¿De qué manera se da esa relación entre los guías y las jugadoras no videntes?
-Los guías están habilitados a hablar según la zona donde esté la pelota. Todo lo contrario, a lo que sucede con los ciegos, que podemos hablar en cualquier parte del campo. Mi guía, al ser delantera, es Santiago Jugo, que justamente es el asistente técnico de Las Murciélagas. Él se pone detrás del arco rival y me da la imagen visual que yo no puedo obtener y me dice qué es lo me puede servir. Me sugiere alternativas. Pero después, todo lo que sucede en la cancha, es decisión mía. No es que ese vínculo que se forma funciona como un joystick.
-¿Te gusta comprender y conversar sobre fútbol con tu guía?
-Me encanta hablar sobre eso. Suelo hablar mucho con Santiago. Por algo se forma la conexión que se forma. La confianza que se necesita es de un 100 por ciento. Nosotros tenemos armadas jugadas predeterminadas dependiendo el rival y la superficie. Sumado a esto, nos gusta jugar un juego vistoso. Y ante eso, yo busco consultarle a Santi sobre la imagen visual que él me da, qué me quiere decir con eso, que en vez de decirme “Pegá” en ciertas situaciones, me diga “Acomodate”. Pequeñas cosas que crean un buen dúo frente al arco rival.
-¿Cómo aprenden sobre el juego las personas no videntes?
-A mí no me pueden presentar un esquema o un sistema de juego en una foto o en un video porque no lo voy a poder entender. Entonces lo que hacemos es utilizar plantillas rectangulares con tapitas. De esa manera, el cuerpo técnico nos indica los movimientos que necesitan de cada una de nosotras. Porque si o si la percepción es a través del tacto. Adquirir este sistema de aprendizaje, nos permite luego ganar inteligencia a la hora de jugar.
-¿Y la percepción de lo que va aconteciendo dentro de un partido?
-Todo a través del oído. Inclusive jugamos los partidos con una pelota que dentro de ella tiene un sonido que nos va orientando. Todo entra por ahí. Se suele decir que las personas ciegas tienen más desarrollado el oído y eso es mentira. Porque si uno pudiese utilizar los cinco sentidos como complemento, estarían desarrollados de la misma manera. Y la gente que ve puede utilizar la vista como sentido principal, y dejar en un segundo y tercer plano a los otros cuatro.
-¿Se pone en manifiesto el humor dentro del equipo?
-Cuando se trabaja estos vínculos de juego que existen entre los guías y los no videntes, no hay lugares para el chiste. Porque es un momento pleno de competencia. Pero cuando estamos en un ambiente totalmente suelto, suelen aparecer el humor. En mi vida es muy importante. Yo tomo mi discapacidad de esa forma. Hay personas que lo siguen trabajando y están en proceso de aceptación. O pueden estar en una situación de negación absoluta o lo tienen totalmente afianzado y forma parte de su vida. También tiene que haber un filtro por parte de la persona vidente, entre el chiste y saber que un chiste puede hacer que la persona ciega se golpee. Pero para mí la risa es esencial. El otro día estaba en una reunión de trabajo y dije: “Me voy a sentar adelante porque de lejos no veo” (risas). De esa forma lo tomo.
-¿Cómo fueron los preparativos previos al Mundial de Inglaterra?
-Nosotras fuimos preparadas para lo que sea. Todo lo que nosotros llevamos a cabo en la cancha, antes lo entrenamos y lo practicamos con estilos y condiciones variadas. En pasto sintético, en canchas que no estaban en buenas condiciones, con lluvia, calor, viento. Buscamos reducir la mayor cantidad de imprevistos posibles que nos podían jugar en contra. Partimos de la ventaja de que Argentina es el país que más tiempo lleva jugando fútbol femenino para ciegas en el mundo. En el Mundial, selecciones como Japón, que pudieron llegar a la final, tienen una gran infraestructura, con un apoyo muy grande económico y de profesionales. Y eso hace que, si bien vienen con menos tiempo jugando, equiparan fuerzas por toda la organización y extras que tienen.
-¿Qué sensaciones te atravesaron cuando fuiste a patear el penal definitivo para vencer a Japón?
-Estaba todo en silencio. Si hay silencio en el fútbol convencional, imagínate en el fútbol para ciegos. No volaba una mosca. Fue una mezcla de emociones. No lo puedo poner en palabras, porque era no entender dónde estaba y hacia dónde estaba caminando. Pero a su vez, era saber que en mi pie derecho estaba la posibilidad de ganar ese torneo. Por el cual muchos habían sacrificado y pospuesto muchísimas cosas. Eso te hace enfrentar a emociones que están a flor de piel. Pero cuando escuchás la voz del guía, esas emociones se dejan afuera y es el momento de patear el penal y que tenga lo que tenga que ser.
-El primer gol que convertiste, para el empate frente a Japón, fue a pura habilidad y eludiendo a toda japonesa que tenías en frente. ¿Qué sentís al aplicar la habilidad?
-Es increíble cuando empezás a sentir esa inspiración de habilidad. Una sensación que te recorre todo el cuerpo. Te hace sentir viva.
-Encima usas la número 10. Todo un símbolo en el fútbol argentino.
-Yo agradezco al cuerpo técnico por la confianza que me dieron y esa confianza trato de transmitirla no sólo a mí, sino también a mis compañeras a la hora de jugar. Yo parto de lo que significaron Maradona y Messi para nuestro deporte. Es entender que tenés al 10 en tu equipo y tenés, por un lado, la tranquilidad, de que en momentos donde no encontrás la solución, podés apoyarte en él, y, por otro lado, te incentiva como equipo a buscar y atreverte a querer llegar al gol. A querer jugar mejor.
-¿Qué significado tiene el fútbol en tu vida?
-Es la locura más linda que puede haber. Sea el fútbol que sea. Fútbol 5, 7 u 11. Fútbol para personas ciegas. Femenino, masculino. Fútbol para personas con silla de rueda, con síndrome de down. De lo que te imagines. El fútbol sirve de escapatoria para lo que uno necesite. Además de corrernos sangre por las venas, también nos corre fútbol. Por eso nos sobrepusimos en la final del mundo. Porque más allá de todo el sistema y el acompañamiento de infraestructura que tengas, como en este caso Japón, al final terminamos saliendo campeonas por la pasión y el amor que tenemos los argentinos por la pelota.
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Será para las categorías A, B, C y D. Además de la rebaja impositiva, se otorgarán préstamos a tasa baja por hasta 4 millones de pesos para las actividades económicas.
Será para las categorías A, B, C y D. Además de la rebaja impositiva, se otorgarán préstamos a tasa baja por hasta 4 millones de pesos para las actividades económicas.
El ministro de Economía y candidato presidencial de Unión por la Patria, Sergio Massa, anunció este domingo medidas para compensar a los monotributistas por la devaluación del 22% anunciada después de las PASO.
«Muchas veces los monotributistas quedan afuera de las medidas. En este caso tomamos la decisión que los monotributistas A, B, C y D no paguen por 6 meses el componente tributario«, detalló Massa a través de un video de Instagram.
Además, continuó el ministro, se estableció que «todos los monotributistas tengan acceso a un programa de crédito con garantía del Estado cien por cien por hasta 4 millones de pesos para sus actividades económicas».
«Y, en paralelo, ponemos en marcha el monotributo productivo, para que muchos de aquellos que a lo mejor hoy tienen en su economía en negro la posibilidad de blanquearse tengan la oportunidad de acceder a estos beneficios», concluyó.
Las medidas para monotributistas forman parte del nuevo Programa de Fortalecimiento de la Actividad Económica y del Ingreso para las familias argentinas que puso en marcha el gobierno nacional, cuyo propósito es ayudar a pymes, trabajadores, monotributistas, jubilados y trabajadores de la economía social.
Las medidas comprenden beneficios, créditos y quitas de impuestos, adelantó Massa este mediodía. «El objetivo central es que cada uno de los sectores de la economía tenga de alguna manera el apoyo del Estado» tras la devaluación registrada hace dos semanas por imposición del Fondo Monetario Internacional (FMI), remarcó el funcionario en sus redes sociales.
El director de «Garage Olimpo» pone el ojo en las contradicciones del propio movimiento en un libro autobiográfico descarnado, que explora los sentimientos de vergüenza y culpa que rondan a los sobrevivientes de la dictadura.
Nunca usó armas. No fue un militante orgánico, pero llevó los rollos de la revista Evita montonera a Italia y vio al “poeta guerrillero”, Juan Gelman. El joven italiano de veinte años, que había nacido en Chile y era hijo de un ejecutivo de la Fiat en Turín, fue secuestrado en abril de 1977 por un grupo de tareas en la puerta del colegio Mariano Acosta, donde cursaba el profesorado para ser maestro. Lo llevaron al campo de concentración Club Atlético. Uno de los interrogadores, el “bueno”, le dijo que del departamento de Retiro donde había vivido salió un comando de cuatro personas que arrojaron una granada de mano por la ventanilla de un patrullero, acción en la que murieron cuatro policías.
“Cuando vi aquella bomba de mano en el cajón, ¿por qué no me pregunté para qué iba a servir, por qué no me fui? El dolor por la electricidad ha pasado ya a un segundo plano, como si hubiesen disminuido los amperes, aunque no lo han hecho. Hay algo que se ha roto dentro de mí, que me quita la respiración, es insoportable tener que admitir que son ellos los que están del lado de la razón. Esa contradicción me duele más que la electricidad que me estremece. Mi cuerpo se sacude sobre la mesa de hierro, pero yo estoy llorando por un dolor profundo, no por la picana”, aclara Marco Bechis en su novela testimonial La soledad del subversivo (A.hache), un texto desgarrador, polémico y necesario de un sobreviviente que asume su condición de víctima a partir de la escritura. El libro del director de la película Garage Olimpo rehabilita debates que parecen cancelados frente al temor que genera el avance del negacionismo.
Los padres de Bechis -que llegaron a Buenos Aires cuarenta y ocho horas después de su secuestro; el aviso les llegó a través de una cadena de amigos, como revela en el libro- se reunieron con viejos conocidos. Alrededor de esa mesa estaban Roberto Rocca, presidente de Techint; y Franco Macri, industrial ítalo-argentino, quien encontró la vía de contacto con el general Suárez Mason a través de otro conocido suyo, Billy Reynal, dueño de la compañía aérea Austral. Gracias a esas gestiones fue “blanqueado”, comenzó su recorrido incierto por distintas cárceles como Devoto y la U9 de La Plata, hasta que fue liberado y regresó a Italia.
La escritura le permite narrar experiencias extremas apelando a los sonidos que oía cuando estaba vendado. Como la memoria nunca es cronológica, el interrogatorio y los vejámenes se van alternando con episodios del pasado, como el recuerdo del encuentro en Italia con Juan Gelman, entonces un importante dirigente de Montoneros, quien le propuso al joven Bechis ser enlace entre la dirigencia de Montoneros en Madrid y las células activas en territorio argentino.
Bechis no aceptó la propuesta porque entonces se dio cuenta de que Montoneros como organización ya había sido derrotada. “Ingenuamente pensé que el poeta me iba a comprender y que, con gran sensibilidad, me iba a alentar a que siguiera mi camino. Pero no, se levantó, y con una buena dosis de enojo, alzando la voz, comenzó a sermonearme, que no era un buen compañero, muchas personas estaban muriendo y yo tenía una responsabilidad que no quería asumir. Lo escuchaba en silencio y cuanto más él alzaba la voz, menos dudas tenía yo con respecto a mi decisión. Su voz temblaba, tal vez él tenía las mismas dudas, pero por espíritu de cuerpo estaba obligado a esconderlas. Pensé en la torpeza de los poetas incorporados a las organizaciones armadas. Estaba frente a un hombre de cincuenta años que incitaba al martirio a un jovencito de veinte años en nombre de una batalla perdida”, plantea en La soledad del subversivo, libro que escribió en italiano y que tradujo Ana Miravalles. Comenzó a escribir esta novela autobiográfica después de declarar en el juicio contra los responsables del centro clandestino de detención Club Atlético, y le vio la cara a varios de sus verdugos como el “Turco” Julián, en marzo de 2010.
–En el libro polemizás con la figura de Juan Gelman, “el poeta guerrillero”, como lo llamás en el texto, con quien tuviste un encuentro muy áspero. ¿Por qué pensás que la jerarquía de Montoneros estaba tan alejada de las bases?
-Si yo hubiera sido un militante más orgánico, no estaría acá. Yo venía de una experiencia en Italia, de Lotta Continua, muy movimientista. Las discusiones eran sobre el feminismo, sobre la sexualidad femenina, la crisis del hombre, la relación de pareja, las drogas. La falta de democracia interna (en Montoneros) hizo que fueran quedando en los roles máximos gente que no estaba para nada capacitada. Yo me daba cuenta de lo rudimentario que era el discurso político. Paradójicamente la gente de base que conocí tenía una capacidad dialéctica que no encontré después en el razonamiento de los máximos dirigentes. Yo no sé cuántos libros o estudios tenían Perdía, Mendizábal, Firmenich o Galimberti. Por otra parte, los juicios son un hecho irrefutable. Yo no le tengo miedo a Milei; podrá dar alguna amnistía, pero la conciencia colectiva en este país asumió que hubo terrorismo de Estado y que los culpables están presos. Un joven de 18 años sabe que Videla murió preso. Los chilenos saben que Pinochet murió en su casa. En un momento en el cual la justicia avanzó tanto la autocrítica se impone; es una autocrítica muy dura que hay que hacer. El encuentro con Gelman fue decepcionante; un señor de bigotes, grandote, que pensé que tenía otra visión del mundo, me trató como un pendejo temeroso y no buen compañero. En Gelman y en todos los dirigentes de esa época lo más importante era ser orgánicos y no usar la cabeza.
-Hay una mezcla de sentimientos complejos entre la vergüenza, la traición y la culpa por haber sobrevivido. ¿Eso es algo que te sigue acompañando? ¿O haber declarado en los juicios y haber escrito el libro te permitió exorcizar esos sentimientos?
-Yo no hablo de sentir culpa porque tuve la suerte de no tener que denunciar a nadie. Si hubiera sabido, si hubiera sido orgánico, si hubiera tenido contactos, lo más probable es que hubiera cantado también. No creo en los héroes. La normalidad de la tortura era que antes o después cantaban; una hora más, dos horas más, tres horas más, cinco horas más, cantaban. Había también otra cosa horrible en la época, la pastilla de cianuro, que daba por sentado que podías ser un potencial traidor; una pastilla que, por otra parte, sólo tenían los cuadros medios, no sé si la dirigencia tenía pastillas. Entonces, en mi caso, hablaría más de vergüenza que de culpa, porque la vergüenza es lo que sienten los sobrevivientes de Auschwitz; la vergüenza de Primo Levi de sobrevivir sin saber por qué los demás no. Algo así me pasó porque yo podría estar desaparecido como los demás por lo poco que hice, y hubo gente que hizo mucho menos que yo y desapareció. Después de mi regreso a Italia, cuando me preguntaban, yo decía que estuve de “turista” en Club Atlético. Cuando me decían “te torturaron”, yo decía “poco”. Escribir el libro me sirvió para asumirme como víctima.
El padre de Bechis murió a los 93 años en 2014 y en los juicios en los que declaró nunca dio los nombres de los empresarios que lo ayudaron a contactarse con Suárez Mason. El hijo, en cambio, sí los mencionó. “Mi objetivo no era chicanear a mi padre. En primer lugar agradecí ante el tribunal a esos señores que me sacaron, pero también quería dejar sentado que todos ellos, el establishment, sabía lo que pasaba. Franco Macri y Roberto Rocca no fueron a Europa a protestar por los crímenes que los militares estaban cometiendo en el país. Ninguno de ellos lo hizo”, recuerda el director de películas como Alambrado (1991), basada en un cuento de Jorge Luis Borges, o Hijos/Figli (2001), Birdwatchers-La tierra de los hombres rojos (2008), Il sorriso del capo (2011) y Il rumore della memoria (2015).
–¿En qué sentido cambió dar testimonio de lo que te pasó en el Club Atlético?
-Me sentí muy liviano después, me saqué un enorme peso de encima también por el hecho de haberlos visto (a los represores) como gente cualquiera y haberlos humanizado y no demonizado; es como si los hubiera desdemonizado. El día de la sentencia, el “Turco” Julián se levantó y dijo: “tengo que ir al baño”. El presidente del tribunal le dijo: “usted no va a ningún lado, se sienta”. Me dio un poco de pena porque el tipo quería ir a mear. Esa humanización de esta gente me alejó muchísimo del problema. Yo estoy convencido de que tienen que estar presos y que frente a la violencia del silencio que ellos mantienen (porque es violento no decir dónde están los desaparecidos, no decir dónde están los niños apropiados) no hay posibilidad de reconciliación. Cualquier tipo de perdón o reconciliación pasaría, en todo caso, por una confesión total.
-Excepto Adolfo Scilingo con los “vuelos de la muerte”, ¿por qué los militares no rompieron el silencio ni se arrepintieron?
-Yo creo que hubo un error jurídico; en el sistema italiano, el mafioso –que hizo cosas muy parecidas a los milicos-, si habla, si colabora, tiene privilegios. Eso permitió desarmar una organización entera. No me importa que un milico tenga algún privilegio de excarcelación o el que sea, si confesó todo y eso ayuda a deshacer las mentiras y los silencios de los demás porque el objetivo primario de la justicia tiene que ser la verdad. Y la verdad es dónde están los desaparecidos para que las familias puedan terminar el luto. Me interesa el objetivo final, que es la justicia. Y la justicia es verdad, que hay que conseguirla de alguna forma. Estos viejos milicos se están muriendo con el silencio, una cosa que es muy violenta.
-¿La soledad del subversivo puede dialogar con el No matarás del filósofo Oscar del Barco?
-Sí. Cuando estaba desnudo en la mesa de tortura y el tipo me dice: ¿sabés lo que hicieron esos tipos que estaban con vos en el departamento de Retiro? Tener que asumir íntimamente que el tipo que está torturando tiene razón fue mucho más desgarrador que la tortura. Del Barco abrió un debate fundamental: “el hombre nuevo no puede ser el hombre muerto”. Nadie aprende de los errores históricamente. ¿Cómo se puede explicar que en Chile hubo un golpe de Estado en el 73, secuestraron y mataron, el MIR quedó semidestruido, y en el 76 los Montoneros y el ERP proponen lo mismo? ¿Qué aprendieron? Nada. La contraofensiva montonera fue la cereza sobre la torta de un análisis mal hecho, digitado desde afuera, un tema que anticipaba Gelman cuando me propuso ser correo, aunque todavía no había contraofensiva… Pero en eso andaban.
Hace más de una semana que llegó de Milán, donde vive. Ya se encontró con María Guerrero, la sobrina de “Muñeca” (Roxana Verónica Giovannoni), una de las militantes desaparecida que compartió el departamento de Retiro junto con su pareja Pablo (Alejo Mallea) y Lolo (Rubén Raúl Medina Thompson), ambos también desaparecidos. “Cada vez que vengo acá estoy con mis fantasmas y las personas que me evocan esos fantasmas. Volver a Buenos Aires es como visitar un cementerio, no puedo vivir acá. Siempre digo que voy a comprar una casita, voy a las inmobiliarias, me las muestran, y no doy el paso”, confiesa Bechis su imposibilidad de volver a vivir en esta ciudad.
-La candidata a vicepresidenta de Javier Milei, Victoria Villarruel, defiende a los militares y es claramente una negacionista. ¿Cómo analizás lo que puede suceder ante un eventual gobierno de Milei?
–En Italia tenemos un gobierno de extrema derecha. Ella (Giorgia Meloni) gritó, hizo una campaña gritada, y ganó. Su discurso anterior era pro Putin, pero en el momento en que la designaron primera ministra tuvo que cambiarlo todo: ahora es pro Ucrania porque está en Europa y no podría gobernar. Milei va a tener un montón de impedimentos. ¿Qué puede pasar acá? Mucho menos de lo que él dice. Aunque pueden excarcelar a militares, los juicios no van a terminar porque él mismo dice que la justicia tiene que ser independiente del poder político. No sé si después lo va a hacer, pero lo dijo y en ese sentido es un “garantista”. A nivel de derechos de la mujer y de las parejas gays, se va a armar un quilombo que la 9 de julio no va alcanzar. En el fondo yo creo que Milei no quiere ganar. No sé si está capacitado; ahora tiene una nueva novia y parece que quiere divertirse. Ser oposición para él es más fácil. El problema es quién gana, con un peronismo que elige a Sergio Massa, que no es nada y encima perdió. Aunque no comparto muchas cosas con Cristina (no soy kirchnerista por los mismos motivos por los que no era guerrillero, por un verticalismo old style que me parece ridículo y porque hay mucha falta de democracia interna) ella es un genio político y espero que saque de la galera alguna novedad. Si no está demasiado cansada, lo va a hacer.
* Marco Bechis presentará La soledad del subversivo el miércoles 30 de agosto a las 18.30 en el Auditorio del Museo Malba (Figueroa Alcorta 3415, CABA), con entrada libre y gratuita. A las 20 se proyectará su película Garage Olimpo.
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El especialista habla del voto de los jóvenes, de los adultos, de la violencia verbal y de su visión de lo psicopatológico. «Esta idea de libertad es una idea caótica en el fondo, porque la libertad para orientarse como patrimonio cultural, como decía Freud, tiene que estar ligada a la justicia», plantea.
Es un misterio, pero por estos días muchos se preguntan por qué algunas personas votan a un candidato que las desfavorece y que una promesa de su campaña fue dejar en claro que va a quitar derechos porque considera que es una aberración pensar que «donde hay una necesidad, nace un derecho». Desde el punto de vista psi se podría pensar como una cuestión de autocastigo que favorece una satisfacción pulsional en relación al masoquismo, en algunos casos. Así lo sostuvieron algunos analistas por estos días. Lo cierto es que un gran porcentaje se inclinó por Javier Milei y negarlo sería caer en una actitud psicopatológica. El doctor en Psicología y psicoanalista Sebastián Plut brinda algunas claves para entender el fenómeno: «En el masoquismo sucede que el dolor y el displacer dejan de ser advertencias y pasan a ser metas, aspiraciones, y algo de eso parece formar parte del voto a Milei», sostiene en diálogo con Página/12. «En términos psi habría que pensar cómo se llega a una situación de desinvestidura de la realidad», plantea el analista.
–¿A qué se refiere con ese concepto?
–Básicamente, hay dos dimensiones que podemos tomar. Una es la persistente inoculación de odio, mentiras y banalización que viene ocurriendo ya hace muchos años. Y qué efectos tiene la inoculación de este odio, de estas mentiras y de esta banalización. El otro conjunto de factores es lo que ocurre en el mundo del trabajo. Freud decía que el trabajo es lo que liga firmemente al sujeto a la realidad. Dice: «Lo une de manera segura a la realidad». De manera que si se pierde el valor del trabajo lo que se pierde es un vínculo muy fuerte con la realidad.
–¿Qué es lo que pasa con el trabajo?
–El problema que tenemos actualmente con el trabajo es doble. Por un lado, niveles de desempleo; o sea, hay gente que no trabaja, que no tiene su ocupación, pero por otro lado, gente que tiene un trabajo, incluso un trabajo formal, y que no llega a fin de mes. Esto produce básicamente que el trabajo deja de ser un sostén no sólo para la realización personal sino para todo tipo de expectativa. Yo he escuchado a gente decir: «El problema es que si no trabajo me muero de hambre, pero si trabajo también». Entonces, el trabajo ha perdido una función esencial en la vida singular y colectiva. Pero además hay otro problema con el trabajo. Yo escuchaba el otro día a gente que decía: «El peronismo perdió su hegemonía en la clase trabajadora». Yo creo que hay algo que es un poco más abarcador y es que el trabajo dejó de ser el terreno de disputa del antagonismo entre capital y trabajo, o entre control y resistencia. Si uno repasa las luchas culturales que hay actualmente, casi ninguna toca de cerca el mundo del trabajo. Todas tratan otros temas, valiosos por supuesto. No los estoy minimizando ni desvalorizando. Lo que digo es que históricamente, hasta la década del ’90, el trabajo era el terreno de disputa política por excelencia. Y de allí luego se derivaban otras disputas. Y hoy el trabajo parece ser un territorio despolitizado y des-socializado.
–El voto del domingo de elecciones no fue sólo un voto bronca. ¿Se puede votar aun con miedo a alguien con quien uno no concuerda? Si es así, ¿por qué sucede esto?
–Claro, ahí también tenemos el proceso de desinvestidura de la realidad que mencioné, porque cuando la gente dice «el voto bronca» o el «voto miedo» dice: «La gente no votó a Milei por lo que piensa». Y esto, en una primera lectura nos puede producir alivio: quiere decir que el 30 por ciento que lo votó no es un ejército de ultraderecha ya que esos votantes no pensarían todos como Javier Milei. De hecho, es cierto: al parecer, la composición de los votantes atraviesa edades, géneros, clases sociales, ideologías. Ahora, de inmediato, esto produce un problema.
–¿Cuál?
–Qué disociación surge entre el votante y el votado. Y cuáles son las consecuencias, porque si lo votaron porque es un señor que se enoja, que insulta y, entonces, se supone que hay un grito de rebeldía, bueno, la realidad es que Milei no es Lord Byron. No es una rebeldía ante ningún poder. No es lo mismo rebeldía que un grito catártico, un grito desquiciado. Con lo cual, lo que se vota en todo caso es catarsis, pero no se vota una rebeldía o una furia constructiva que conmueva algún tipo de estructura de poder. Entonces se crea una disociación porque yo estoy votando a alguien que no me representa.
–¿Y hay, como señaló la psicoanalista Silvia Ons, una compulsión a hacer lo que hacen los otros?
–Bueno, en los fenómenos de masa siempre se da algo del contagio. Y ahí habría que estudiar cómo se produce este contagio a través de las redes. Y sobre todo, hay que tomar en cuenta algunos significantes importantes. Por ejemplo, qué es esto de la libertad. Se supone que hay un grito por la libertad. Freud decía que la libertad en sí misma no es un patrimonio cultural. O sea, no es un ideal. El decía que la libertad es un ideal, un patrimonio cultural en la medida en que se guíe por un ideal de justicia; o sea, que implique una rebelión contra una injusticia, que si no hay una rebelión contra una injusticia, la libertad es sólo expresión de un narcisismo que no acepta restricciones. Y si uno escucha el discurso de Milei o de Villarruel es un discurso que disocia u omite incluir en la idea de libertad toda idea de justicia, que es lo que vienen haciendo la derecha o la ultraderecha en los últimos años. Con el macrismo empezó el bombardeo hacia los derechos humanos, la idea de «los derechos humanos son un curro». Ahora, Milei viene diciendo que la justicia social «es una aberración». Entonces, es una idea de libertad referida a arrojar una ilusión de omnipotencia. Es una ilusión, por supuesto, un narcisismo sin restricciones, que el Estado no interponga ningún impuesto. A Milei le gusta decir que la palabra «impuesto» viene de «imposición», «lo malo que es que el Estado nos imponga algo». No sé por qué sería tan malo que el Estado imponga algo. El Estado impone semáforos en las calles, mayorías y minorías de edad… Hay un montón de restricciones. Yo creo que hay que tener muy en cuenta que esta idea de libertad es una idea caótica en el fondo, porque la libertad para orientarse como patrimonio cultural, como decía Freud, tiene que estar ligada a la justicia.
–Si bien no sólo lo votaron los jóvenes, ¿por qué cree que Milei tiene tanta aceptación de la juventud?
–Nosotros tenemos que entender que a Milei lo votó un 30 por ciento, pero en el fondo es un 20 por ciento, porque es el 30 por ciento del 70 por ciento que votó. Cuando uno dice «los jóvenes» hay que tener cuidado porque uno escucha muchas veces: «Los jóvenes están perdidos», etc. Hay que ver cuáles son esos jóvenes. Pero supongamos que hay un grupo grande de jóvenes que lo ha votado y que esto constituye una muestra significativa. Bueno, yo creo que actualmente hay un problema: en qué consiste la rebelión. Históricamente o tradicionalmente, la juventud es un sector que se rebela contra mandatos. Ahora, nosotros, cuando éramos jóvenes nos habremos rebelado contra los mandatos de nuestros padres o los mandatos culturales y así sucesivamente. Pero lo que ocurre es que cuando nosotros nos rebelábamos contra ciertos mandatos, nos rebelábamos contra mandatos que hubiéramos podido cumplir. El problema actualmente es que los mandatos que podríamos tener como sociedad o como generación un poco más adulta hacia los jóvenes, los jóvenes no los pueden cumplir. Por ejemplo, trabajar, casarse, desarrollar tu vida familiar, comprarte la casa o alquilarla. Hoy no hay posibilidad. Entonces, estamos ante una juventud que no se puede rebelar a un mandato que podría cumplir, con lo cual el mandato cae. Eso crea una situación de mucho desamparo. Yo creo que es en ese contexto en el que habría que pensar el problema del voto de la juventud. Es un voto de un pibe que dice: «A mí no me importa». Incluso, algunas de estas cosas las dicen los adultos: «Bueno, que reviente todo por los aires», por ejemplo. Y yo he escuchado a jóvenes votantes de Milei decir: «Bueno, qué se yo, que gane éste, me da todo lo mismo». Con lo cual, lo que se traduce desde la lógica del discurso de Milei y que se replica en otros discursos es la lógica destructiva. Cuando Milei plantea lo que quiere hacer eventualmente como presidente, él no plantea políticas públicas. El plantea solamente la supresión del Estado. El le dijo a los empresarios: «Ustedes hagan el país, construyan. Yo me comprometo a sacarles del medio al Estado». No está planteando ninguna política pública. La política pública que plantea Milei es básicamente una política de seguridad y justicia; justicia en el sentido de judicial. Es decir, él se propone reprimir y encarcelar. Esa es la política pública que propone Milei, con Villarruel a su lado: reprimir, encarcelar y o matar.
–¿Cómo analiza la carga de violencia verbal en el discurso de Milei?
–Hay que tomar en cuenta la mezcla y los efectos del odio con las mentiras y con la banalización. ¿Qué es lo que se propone la violencia? Por supuesto, la violencia se propone eliminar al otro. Pero, por ejemplo, el negacionismo, ¿qué se propone? Además de justificar los crímenes de la dictadura, lo que se propone el negacionismo es decir: «Esto no existió». Cuando Milei grita o insulta en cualquier programa y no escucha, lo que se propone es hacer como que el otro no existe porque para Milei el otro no existe, Milei no puede dialogar.
–Claro, porque se cambia la visión de adversario por la de enemigo. Y al verlo como enemigo le quita el reconocimiento de la condición humana del contrincante.
–Exacto. Milei suele hablar de «la gente de bien». Todo aquel que piensa distinto, para Milei es comunista. Y si es comunista, además es delincuente porque él no piensa el comunismo como otra ideología política; además, de que no todos los otros son comunistas. Desde luego, porque él ha tildado a Horacio Rodríguez Larreta de socialista. Pero todo aquel que no piense idéntico a él, en principio, es comunista. Si es comunista, es delincuente. Y a los delincuentes, además, dicen que hay que matarlos. Implica la supresión del otro. Y decir que eso otro no existió, que es de lo que trata el negacionismo: esos crímenes no existieron. Por eso antes me refería a la desinvestidura de la realidad, que es lo que te permite decir: «Esto no existe». Como cuando en el macrismo se decía: «Les hicieron creer que tenían derechos». Querían instalar que eso que uno creía que existía, no existía. O como cuando hablaban del crecimiento invisible. Se trata de una cosmovisión, según la cual, lo que existe, no existe, y lo que no existe, existe. Es un intento de perturbar profundamente lo que Freud llamaba «el juicio de existencia». Es esa operación psíquica que a uno lo permite distinguir si lo que tiene en mente coincide con lo que uno ve en la realidad. Si en este momento, yo le dijera: «Usted no está hablando conmigo», voy a perturbar su juicio de existencia. Y usted me va a decir: «¿Cómo no voy a estar hablando con usted?». Esa perturbación del juicio de existencia deriva, por un lado, del odio y, por otro lado, del discurso falso, del discurso mentiroso, que es otra de las cuestiones importantes que va de la mano del odio.
–¿Qué es lo que ocurre cuando alguien cree en lo que no se debería creer?
–Cuando uno cree en propuestas inverosímiles, cuando uno cree en el crecimiento invisible puede haber dos desenlaces. Uno es que cuando uno se decepciona no cuestiona al mentiroso sino que siente que ya no se puede creer en más nada. Y ahí podemos volver al problema del voto de los jóvenes o de no tan jóvenes, que votan desde una perspectiva descreída. La segunda alternativa que puede derivar del creer lo que no se debe creer es que quien creyó –de nuevo– no cuestiona al mentiroso sino que siente una profunda vergüenza por haber creído lo no creíble y que desde su furia pida más argumentos mentirosos para poder seguir creyendo.
–¿Qué pasa con el tema de la ley en el discurso de Milei? Como dijo el analista Cristian Rodríguez en un artículo que publicó este diario, suena igual a «Mi ley». ¿Qué dice eso de la personalidad del candidato? ¿Es una ley caprichosa la que plantea?
–Yo creo que uno puede tentarse con hacer muchos diagnósticos sobre Milei. También me tienta la idea psicopatológica, pero el problema aquí es en qué medida la psicopatología se traduce como psicología social después; en qué medida la psicopatología de un personaje tiene resonancias con lo que después va ocurriendo en la psicología social. De todos modos, para ir a su pregunta, yo diría dos cuestiones. La primera es que habría que tomar en cuenta la identificación animal de Javier Milei.
–¿A qué se refiere?
–Por un lado, él se propone como un león. Por otro lado, cuando él habla de sus hijitos de cuatro patas, que son los perros. Cuando él plantea que sus perros son sus hijos de cuatro patas, yo creo que él no está humanizando a sus perros, sino que está expresando su propia animalidad. El es el padre de cuatro perros. No lo digo como una cuestión atractiva en términos psicológicos, sino porque creo que eso expresa el predominio de la irracionalidad de Milei. No es que Milei tiene una ley así o asá. Milei es la irracionalidad, es el caos. Cuando él propone reducir no sé cuántos ministerios y organismos públicos, por supuesto que eso apunta a desamparar a miles y miles y miles de personas. Pero, además, si hubiera menos ministerios, menos organismos, los temas de los que se ocupan esos ministerios no desaparecen. Eso llevaría a que muchos más temas estén en muchas menos manos, que serían los funcionarios que queden. En cualquier proceso institucional, eso es entendido como un proceso regresivo, un proceso de descomplejización, que es expresión del caos institucional. Cuando uno ve los postulados económicos de Milei, a Milei sólo le preocupan los números, las cantidades, no le preocupan las cualidades. Y eso es otra manera de aludir a la irracionalidad o de aludir a esta animalidad. Freud decía que la salud tiene algo de la neurosis y algo de la psicosis. Tiene algo de la neurosis, en tanto en la salud no se niega la realidad, pero tiene algo de la psicosis en tanto se intenta transformarla. Yo creo que en este panorama de Milei, la ecuación se ha invertido y, entonces, ya sí negamos la realidad y, además, hemos desistido de transformarla.
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A la espera de la venta de entradas y la lista de convocados de Lionel Scaloni. Luego vendrá la visita a Bolivia en el Estadio Hernando Siles, en la altura de La Paz. Los resultados de los últimos partidos. Las plazas de CONMEBOL para la Copa del Mundo México-Estados Unidos-Can
El pasado jueves 3 de agosto la CONMEBOL publicó el calendario para las fechas 1 y 2 de las Eliminatorias para el Mundial 2026. En el marco de la fecha FIFA, la selección argentina se enfrentará a Ecuador en el Estadio Monumental y luego a Bolivia en el Estadio Hernando Siles, en la altura de La Paz. Los horarios de los partidos. Aún no se ha publicado información sobre la venta de entradas ni la lista de convocados de Lionel Scaloni.
La selección argentina, campeona del Mundo en Qatar 2022, ya tiene fecha y horario para sus primeros dos compromisos en las Eliminatorias 2026 rumbo a la Copa del Mundo México-Estados Unidos-Canadá.
El 7 de septiembre desde las 21, el equipo dirigido por Lionel Scaloni recibirá a Ecuador en el Estadio Monumental. Unos días después, el 12 desde las 17 horas, enfrentará a Bolivia en el Estadio Hernando Siles de La Paz.
El primer encuentro de las Eliminatorias será el que protagonizen Paraguay y Perú el 7 de septiembre desde las 18:30 en Ciudad del Este.
Cabe destacar que a partir de esta edición, serán 48 selecciones las que disputen la Copa del Mundo —hasta ahora eran 32—. La FIFA aprobó esta reforma en el Consejo celebrado a mediados de marzo en Ruanda. De esta manera, la CONMEBOL pasará de 4 plazas y media a 6 y media —tomando como media al equipo que llegue al repechaje—. De los 10 conjuntos que competirán en la Eliminatoria de Sudamérica, 6 o 7 clasificarán a la próxima cita mundialista.
Tras coronarse campeón del Mundo, la selección argentina jugó cuatro amistosos. En ellos se respetó a casi toda la base que se consagró en Qatar 2022, pero se incluyó algunos jugadores, varios de ellos jóvenes, que en muchos casos nunca habían sido convocados a la Mayor y, en otros, que apenas tenían unos pocos minutos en sus espaldas.
El arquero Walter Benítez, los centrales Leonardo Balerdi y Facundo Medina, los volantes ofensivos Facundo Buonanotte y Valentín Carboni, los extremo Alejandro Garnacho y Emiliano Buendía y el centrodelantero Giovanni Simeone tuvieron su oportunidad.